19.9.09

Oropelítica




Muchacha sauce, péndulo de almohadas y cuenta cuentos de mis oídos en silencio absoluto. Tu doctrina crea primaveras. ¿Habrás de intuir un nuevo corazón que se remita en tus finas columnas de mimbre? Toma la gota fina y crea esmeraldas a tu antojo, mas posee mis ojos. Encuéntrame y has un nido de nuestros pies. Un nudo de cuellos y mil marionetas a nuestra luz. Trébol, árbol y luego cielo. Recóndito cielo el de aquella ciudad. Tu suave terciopelo que mis acuarios inundan. Tan cierta como la primavera, viva y modesta, acogedora y tibia como la lana. Mis pájaros pían tu nombre. Y te añoro como la lluvia que cae tan segura, abundante y entregada al campo. Me embriaga la necesidad de darte palabras mientras la lluvia pinta escenarios.

Dave Sueños.

2 comentarios:

  1. Me fascinó tu soneto.

    No puedo decir más y no valdría la pena, es precioso.

    Un saludo cordial

    Hasta pronto

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  2. Anónimo20/9/09

    Se ríe el niño dormido,
    quizás se sienta gorrión esta vez,
    jugueteando inquieto en los jardines de un lugar
    que jamás despierto encontrará.

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