Oropelismo.

La madera del cohete se perdió en la calle, con pétalos de un borracho que tomaba la vida con la resaca escondida en el pantalón, las horas del cuarto despertándose con una literatura humosa, enredándose las nubes de las caras más voladas del vientre natural. Me voy a poner a dibujar rayuelas con mandarinas alrededor y escuchar a Serú y a Pescado Rabioso será una buena influencia para no tirar el mundo a la basura.
Quizás apoyar los pies levemente en la arena, rogarle a la luna un juego de canciones no efímeras, recordar que las manos se miran de cerca, y que cada invierno en su otoño se acuesta (desnudándose a lo enloquecido del pío pío) en el trozo de crepé que nos queda bajo la piel.

Peperina en trance vanguardista.

Paseo sin tanto contraste.

Denso de bostezos, la noche pondría fin a mi mediodía nocturno
Donde el hombre entrega alma suelta al sueño,
Donde el ave no corea en leños.

Tarde yo heredaría nuevamente la sabiduría de mi conciencia.

Me viste escapando de siluetas de un joven pedazo de ficción,
También de hombres quienes me atropellaban en el corazón del hogar.
Acudía de ti, en habitad de armonía, mecido en tu cuna.

Quise la realidad del sueño, abierto en tu pecho.


Dave Sueños.

El dulce daño.

Mi astro se disipó luego de conspirar en la burbuja de los seis años,
Untó sus manos en un tarro de humedad pura,
Y ha de caminar por la piel de su luz ya sin mí.
Supe una vez más que cada calesita de este sol
Tuvo su propia fuga de armonía.

Ya me apagué…
Agazapado por el viento que lamentó mi lámpara,
Te abandoné en la esquina de mi hogar.

Hoy dije buen día a las palabras que hablaste a mi techo.
Te llevo dentro de mi hondo sueño y te robo un instante para mí.



Dave Sueños.

Cru cru cru.

Por un grado de lujuria
podés cortar el respiro del hilo,
y luego hacer girar ese mismo sobre tu cuello.
Cerrás los ojos, sentís el hilo desprendido:
la noción ciega al tiempo.
Con las manos manchadas de café
abrazar lentamente una almohada,
ser el delfín del planeta algodón,
odiar,
sentimiento de baba,
amar,
sentimiento de almohada,
buscar,
sentimiento de náusea,
asomarse a una odisea,
sentimiento no-universal
de las cosas típicas
de la superchería humana.


Peperina en trance vanguardista.