. nada, ¿y vos qué?

Sí
corrésacátumanodemiboca,
no te vayas a morder la lengua
cuando corras a toparte con el césped,
no sea la luna una solución vía-terrestre
a demoler barcos de juguete,
a asesinar barcos de juguete,
un hongo en el diente,
un diente de hongo,
la guerra es un barco sin mar,
el barco de guerra aplastando patitos,
píos píos socorro socorro,
damemás,damemás cucharita remedio son DE felpa,
mamá se fue, se fue a abrir la puerta
pero nadie le tocó timbre,
se nos van los dedos al ring ring ring,
sonamos a locura y sentimos náusea pura
aludiendo a la belleza sin mantas,
la guerra quiere comer barcos de humosos felices,
asesinar a la guerra con rosas y alondras,
con rosas que sean preciosamente rosas
y alondras alondreristas,
muchas alondras, muchas, muchas,
como ayer, como sacamos el arlequín del tobogán,
como hoy, como sacamos los anteojos del libro amarillento,
como mañana seremos padres e hijos del amor,
del dolor también (y del mayorinocerontemenor)
y del lenguaje yun.

¿NO SE ENTENDIÓ?
Y a mí qué.
¡PUBISPLUSMARISTAS!

Poética aerostática,
poética aerostática,
aerotismos paloprismáticos
en cada ojo que se muerde con antojo.

Foto en La Lucila donde las naranjas se deslizan.

Agus.

Sosiego y belleza

Primavera, paseo, sol y sombra.
Tréboles y garzas.
Hamacas, inciensos, cama y puerta:
la noción de dos seres que despertaron
frente a una mismo olor a rosas.

¡Hay que defender que
en ese jardín también existe su noche
y que esa noche es domada
por una luna pálida y de bellos picos!

Mientras los despertares del suspenso
se estiran, como abanicos ensuciados de peces mojados
en la almohada del primer ensueño cosechado
entre las manos de estos dos seres recostados.

Agus y Dave.