La sensación dorada

Te queríamos los árboles, los arbustos, los rosales,
también los bandoneones, los salones sin almanaques.

Baldeaste peces en Ashbury entretejiendo
un delirio a presagio inmóvil.
Baile beat y corazón errando ahí,
hasta que tus pupilas explotaron en el cortacuentos.

Perdiste tu espiritualismo cuando las líneas del bote.
Pensaste que detrás de tus ojos grandes dioses
quemaban tu mente entre la nuca y la muerte,
mala leche y corte envión celeste.

Te queríamos las luces, las hamacas, los paraguas,
también las líneas demenciales, las bocas de sal
y el más allá que acá.


Agus.

Nardo

Si es que el invierno quita de a velos los brotes de nardo,
que en mi arcón agrietado sean una siesta sus tallos,
sus finos troncos no duerman en solitario
y puestos a mi lado estén libando.
Que no sofoque de cansancio la pereza
en los sujetados bracillos de una verde hoja
y que fletando acrobacias en una rama amenazante no se venza.


Dave Sueños.

22 globos

Hoy cumplís aerostáticos nuevos.
Y mañana brindaremos por los silencios viejos.

La lluvia pasó quedándose mientras los cuadros de Dalí se despanzurraban sobre los desayunos cromáticos de Chaplin, y así, el ¿bajo) Rascacielos (realmente no sé) se fue como un tango escrito en (y si un día...) los papeles de cada noche de marzo (hay tanto frío aquí en el cielo) mientras el estribillo aullaba "total los caminos siempre nacen afuera..."


Mañana se festeja el nacimiento del loco que despertó y no encontró más que un...
(sólo para entendidos)

Foto vieja, cuando solíamos ser más jóvenes que hoy.

Sentándose como una primavera creciendo,
saliendo del abismal sonido tejido en el cuerpo,
en el vientre del silencio,
en el aire del tuerto,
en las manos del negro
salto al desvelo.

No toques con los ojos el centro,
no vayas a destapar el ombligo con falso encuentro.
Allá está la sed ondulada,
saturada,
bienaventurada
de raros espejismos lentos.