5.7.09
Manjar.
Mientras los niños mascan un juego de cartas a cachetazos limpios,
la febril pareja femenina eleva voces de altar glaseado.
Hoy aquí, en noche y en postrado,
se hunde un nuevo escalón de tejidos bárbaros.
Intuyen y hurgan entre los rótulos de carne fría,
desdicha del claustro... la húmeda melodía.
Dave Sueños.
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Tu pluma, querido Dave, tu pluma tiene un sonido de calma, un recuerdo de invierno, una dulzura leída por los pétalos caídos entre tus miedos. Y acá en el viento no existe fin del sueño, y acá tus pasos son gigantes niños acariciando tu propio tesoro despierto.
ResponderBorrarCuando seamos grandes, querido loquito, cuando seamos más grandes, unos cincuentones viendo películas de sillón y café, vas a ver que nuestros libros nos estarán mirando de cerca, sólo para susurrarnos al oído: éramos las luces del sol, ahora necesitamos saber que aún las luces se encuentran en el hoy. Ustedes son los errantes, sus libros los eternos, quienes los hace eternos a ustedes.
Te adoro mucho, mucho.
Paz.
Agus.
Yo trabajaba en Mornington Crescent, a tres cuadras de la casa donde vivian Rimbaud (aqui a la derecha)con Verlaine durante su estadia Londinense. En la misma vereda donde estaba mi estudio habia transcurrido su niñez Charles Dickens. Que barrio, viejo!
ResponderBorrarSos tan lindo y tan bello, querido Dave... te extraño mucho, mucho... avisá cuando andes por baires.
ResponderBorrarTe adoro.
(No tengo un souvenir).